sábado, 27 de noviembre de 2010

Capitulo 1: Quito

De chico, Quito siempre estaba muy inquieto. Su madre, pero sus tías sobre todo siempre le decían "Por favor nene, quedate quieto". Tanto se lo repetían que, a los tres años,  cuando le preguntaban su nombre respondía " Me llamo Quito". En realidad lo que intentaba decir era que se llamaba Quieto, porque de tanto que le repetían que se quedara sin moverse pensó  que por ahí era su segundo nombre o alguna manera tierna que tenían de llamarlo. tanto era así que Quito no respondía su no nombre real, Héctor. Susana, su madre, se cansaba de gritar "Héctor, vení para acá" pero no respondía sino hasta que ella lo llamaba como a el le gustaba "Quito".
De ahí le quedo el apodo y todos se referían a el como "Quito". Es más muchos de sus amigos  ni siquiera sabían su verdadero nombre. Hasta los profesores en el colegio, cuando lo llamaban por nombre y apellido lo decían Quito Gonzales.
Hoy Quito ya tiene 15 años. Su pelo negro que le recubre las cejas  y apenas los ojos. A veces lacio, a veces con un poco de rulos pero siempre desprolijo. Si había algo que no le gustaba era peinarse. Seguramente porque se acordaba  de los peinados raros y exóticos que tuvo que soportar de chico. Emilia, su hermana mayor, lo tomaba de conejito de indias para probar las nuevas cotilas, hebillas, y cremas para el pelo. Era algo que el detestaba. Pero de todas maneras su hermana lograba que él hiciera lo que ella quería. Seguramente porque era la hermana mayor, y siempre imponen un poco de respeto. Pero no era solo eso, Emilia tenía formas de cononcerlo, aunque siempre lo terminaba  cagando de alguna manera. Le decía "Dale Quito  vení, si me dejas peinarte te juego muchas carreras al Mario Car". Después de destrozarle la cabeza, le inventaba alguna escusa para no jugar a la Nintendo 64. Siempre le hacía lo mismo, lo dejaba pagando y Quito siempre pensaba lo mismo "La próxima no le voy a dejar jugar con mi pelo".Pero con su poder de hermana mayor, Emilia salía ganando  siempre.
A Quito desde chico le gustó todo lo que fuese tecnología. En realidad era más la parte de los juegos. Empezo con su Family, pasando por el Nitendo 64. Hasta llegar a hoy su Xbox 360. Ahorró mucho para poder comprarla. La familia no es de poca guita, pero tampoco les sobra. No es un chico  que se pueda quejar porque sus padres no lo dejan salir o  no le daban plata cuando necesitaba. Es más, no los escucha reclamar porque les pidió mucha plata ni nada. Siempre que pide 30 Susana le dice "tomá lleva 40".
Lo que más le gusta a Quito es quedarse relajado en su cuarto. Ya sea en su hamaca paraguaya que despliega cada vez que se quiere tirar a escuchar música o jugando unos partidos de fútbol en la Xbox con los amigos. Pero sobre todo lo hace para evitar las ordenes. Susana tiene una especie de sensor, que aunque no necesite nada, si ve que alguien está relajado aprovecha para pedirle cualquier cosa por más  boluda que sea. Eso a Quito le da por las pelotas, no hay otra manera de decirlo. Es por eso que siempre cierra la puerta de su cuarto. Siempre piensa "Seguro creen que me estoy clavando tremenda paja". Y aunque a veces es así, muchas veces prefiere ver un poco de tele nada más.
La pieza de Quito es como  le  dice su hermana; "Esto es un quilombo nene. Y hay un olor que mata, barrela  cada tanto aunque sea". Su cama siempre esta desarmada y con las sabanas hechas un bollito en el rincón. Toda la ropa sucia en el piso, medias, uniforme, pantalones y demás. No es que le guste el desorden pero  nunca tiene ganas de ordenar o esta muy cansado. Tan cansado que prefiere tirarse arriba de todo lo que tiene en la cama, o simplemente desplegar su hamaca y dormir. Claro que esto le trae consecuencias; el mal humor de su mamá, pero sabe que se le pasa en un rato y aprovecha para salir a caminar un poco, tomar un poco de aire  y esperar a que ya no estén más enojados con él.
Quién siempre lo defiende y lo protege de las ordenes de su mama es su papa Juan. Cada vez que Susana le pide cosas que son realmente al pedo y solo para molestarlo Juan le dice a su mejer " No jodás  mi amor, dejalo al pibe tranquilo". Y es en esos momentos donde Quito aprovecha a resguardarse en su pieza. Su papá es un tipo muy tranquilo, demasiado se podría decir. Pocas veces lo escucho gritar y siempre habla con una calma que tranquiliza toda la casa incluso cuando Emi corre por toda la casa buscando su celular o la planchita no le anda. Trabaja como profesor de Historia en la facultad. Cosa rara porque la materia que Quito siempre se lleva es historia. Por suerte para Quito su papá  no se siente defraudado cuando esto pasa porque de alguna manera le hace saber que él también fue al colegio, que el también fue chico y que a veces es preferible concentrarse en otras cosas más que en el colegio.
Parece la mala del cuento, pero la que siempre lo caga a pedos por las notas es su mamá. "Como mierda puede ser que desapruebes Historia teniendo a tu papá, que es el mejor profesor de historia que hay, preguntale algo de vez en cuando pedazo de boludo", le repite siempre que llega con malas notas. Y no es que sea mal alumno ni nada, es un alumno regular, con sietes y un par de ochos. Pero Historia es algo que no le gusta para nada y ya desde un principio ni se esfuerza por aprobar. Con Juan no tienen casi nada en común. Pero por suerte se llevan muy bien. No hace nada como padre-hijo, pero disfrutan cada tanto de una  cerveza juntos mientras hablan de boludeces.
El apodo de Quito fue quedando con le tiempo. Sin embargo el motivo del apodo se fue desvaneciendo poco a poco. paso de ser un chico inquieto que saltaba por los sillones, las paredes. En casa de sus tías rompía cada adorno que encontraba. No era a propósito, nunca fue un chico malicioso, pero no lo podía evitar. Paso de hacer todo eso, a ser un chico cada vez mas tranquilo. No se exalta por casi nada. Siempre camina a paso de tortuga tranquilo, con sus auriculares escuchando un poco de reggae, según él para tranquilizar su cabeza con todos los ruidos de la calle. Nunca se mete en peleas, o mejor dicho nunca devolvió una piña, pero ha recibido unas cuantas.
Si hay algo que se puede resaltar de Quito es que es un buen amigo. Si bien no le sobran los amigos, seguramente porque no sabe mentir, y aunque con calma, dice las cosas como cree que son, sin filtro y sin pensar mucho en la reacción que puede causar en los demás. De ahí son las piñas que le han embocado. No es un pibe que busque quedar bien con los demás. Como le dice su viejo; "Mejor quedar como el culo que ser falso". Y es algo que se tomó muy a pecho, es por eso que ni siquiera pone escusas con los profesores cuando no hace los deberes. y aunque le juega un poco en contra, los profesores quedan asombrados con su sinceridad.
Nacho, su mejor amigo, siempre le dice:
-¿Sos boludo?. Cómo le vas a decir que no hiciste el trabajo pro que te enganchaste con  una película.
-Sea lo que sea que le diga, el uno me lo va a poner igual ¿No?. Entonces prefiero decirle la verdad, total ya está.- Le responde Quito.
Hoy es Lunes y a Nacho lo fue a buscar el viejo al colegio, así que aprovecho y le presto la bici a Quito para que no tenga que volver caminando a la casa. Lo malo es que Quito llegó un poco antes de lo normal y por primera vez escucho a sus viejos discutir por plata:
- Mira, con lo que gano en la facultad no nos va a alcanzar ni para pagar el alquiler, con todo esto del aumento.
-Te pagarían más si no cuestionaras tanto al Rector de la facultad. No seas tan insistente y aprende a bajar la cabeza porque te van a echar.
- De eso te quería hablar. Pedro me pidió que renunciara. Quedate tranquila que no me pueden echar por mi antigüedad. Me tendrían que pagar mucho, y no creo que se gasten conmigo.
-¿Viste? Yo te dije. No te metas en quilombos. Pero nunca me escuchas ¿No?
-Ya te dije que te quedes tranquila. Me ofrecieron un trabajo como Historiador en Barijo. El sueldo es el doble y ademas tenemos casa, Creo que tendríamos que decirle a los chicos y pensar en irnos de acá.
-Me parece bien.  Yo mañana lo hablo con Emi y vos decile  a  Quito. Que viniendo de vso lo va a entender más
Quito no podía creer lo que acababa de escuchar. Se estaba por mudar, por empezar una vida de cero y la noticia no le cayó muy bien.

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